abril 20, 2014

De la cena a tu habitación

Creías saber como iba a ser esa velada. Ingenuo.
Verlos en esa cama, escuchando ese disco, ambos ya estaban realmente abatidos por cierta locura. No hizo falta que nadie dijera nada, mirarse a los ojos era lo único indispensable.
El la vio de mil maneras, su rostro lo cautivaba. Sus labios, sus mejillas, su tez blanca con tonos rosas. Tan delicada era su piel, esta emanaba luz y no estaba alucinando. Ella describió ese momento con solo dos palabras, éramos eternos.
Su cuerpo no paraba de moverse, el sentía mil estrellas explotando en diferentes partes y ella supo explicárselo de manera simple. Toda esa seguridad que el siempre sentía cuando miraba alguien a los ojos desapareció en cuestión de segundos, ella en cambio era la persona mas serena y paciente del mundo. Sus ojos lo atravesaban hasta lo mas profundo de su ser. El estaba sumergido en una mezcla de emociones y sentidos que no paraban de cambiar violentamente dentro de si. Sabía que era ese momento en el que ambos desnudaron sus almas y se presentaron el uno con el otro, con gestos muy nobles y movimientos casi imperceptibles.
Era primavera en ese cuarto, y el resto de esa ciudad estaba en pleno otoño. Ambos sabían que todo lo que sintieran a partir de ese momento sería tan puro como el agua de un glaciar, mientras tanto la música seguía sonando.
Que lastima que no pudieran consumar el amor eterno que corría por sus cuerpos volviéndose solo uno, que lastima que aquel celular sonó, que lastima que abandonaron ese cuarto y pronto estarían arriba del auto, en su piel seguían sintiendo lo que realmente eran.
Dos almas bailaron juntas esa noche, casi una hora y querían hacerlo por muchas más, para poder ser eternas un poco más.

abril 08, 2014

Desintegrarte en lo mas oscuro

Me consumo poco a poco, un agujero negro dentro de mi cuerpo me consume de a poco. Lentamente mi ser va desapareciendo, si me preguntan de detenerlo yo no contesto. Tal vez así sea como tiene que ser, es que los agujeros negros siempre me atrajeron.
 -No te muevas! No te muevas, alto. Quieto debes permanecer para que este agujero negro permanezca estable, lo vienes haciendo bien. Aunque a veces optes por no obedecer-.
Es como si una voz en mi cabeza dijera esas palabras pero no hay voz alguna, eso viene directo desde el pecho. Debe ser tal vez el mecanismo de defensa del agujero negro que vengo alojando dentro de mi.