agosto 13, 2015

Un ataque de ira, de ansiedad y de odio al fin

Cuando menos te lo esperas las cosas pueden salir mal y ahí no termina. Pueden seguir empeorando, acumulándose hasta arruinarte la paciencia, llenarte de sentimientos que corroen la salud mental y emocional de uno mismo. Eh ahí cuando la ira toma su lugar y con un poco de nuestra amiga la ansiedad, logran que tomemos decisiones totalmente erradas ( aunque nosotros consideremos acertadas y sensatas en ese momento). Toda esa mezcla de casualidades, causalidades y consecuencias hacen que uno se llene de odio, intoxicando nuestro cuerpo, sobre todo la mente, con gran peligro de hacer cosas que no tengan nunca vuelta atrás, o tal vez si. Tal vez no sean tan drásticas, pero tal vez esto se repita a lo largo de la rutina de sus días. Uno seguramente se lastime mucho y lastime a los de su alrededor, si este siguiera sucumbiendo ante la ira, la ansiedad y por final el odio.El odio hacia uno mismo, hacia los demás, hacia todo.
 Esto, atrevo a decir, nos ocurre a todos en algún momento de nuestras vidas, ya sea por solo una breve mala experiencia, o un hábito en el que uno termina sumergiéndose para lentamente ir destruyendo eso que lo vuelve a uno ser humano.
Les digo por experiencia propia, yo pude ver como mis órganos lentamente se iban pudriendo por dentro, y aún veo cicatrices, moretones de esas heridas que me cause por esos momentos de ceguera. Todavía siento que mi cuerpo no funciona del todo bien, que mi salud mental, emocional y espiritual siguen resentidas. Puedo ver el daño que cause en mi y en los demás. Y aún siento el dolor que me causa volver a caer en ese remolino de oscuridad, porque aún, aunque sea consciente de todo esto que les digo, no pude superar del todo el vicio que me genero dejarme llevar. Sin dudas, y yo creo que mas que nunca, estamos sumergidos en este mar de odio, ansiedad e ira, como una sociedad enferma. Si, enferma.
 Exigimos cambios a los políticos, exigimos cambios en el sistema educacional, exigimos seguridad, exigimos soluciones a esto y aquello... exigimos pero no cambiamos. Apuntamos con un dedo a los que creemos culpables cuando los culpables somos nosotros; si nosotros los que fallamos como sociedad y todo por estar cegados por la ira, por el odio, por la ansiedad.
Que tristeza me da ser parte de esto, saber que me deje vencer en algún momento pensando tener tan claras las cosas; la claridad: un arma de doble filo que sin la sabiduría nos termina conduciendo a una ceguera.
 Esto es algo que me digo a mi mismo como también se lo digo a ustedes, no se olviden de que en algún punto de nuestra persona, hay un ser humano. Cuando se encuentren sumergidos en este mar de mierda, si en algún momento tienen un respiro intenten, aunque sea por una fracción de segundo, recordar que somos todos seres humanos y que aunque no lo crean, todos pasamos o pasaremos por este momento, como hay muchos que en este momento están teniendo un ataque de ira, de ansiedad y de odio al fin.