Love love love, i feel all this love, i feel happy, i hope it will be not forever

Solo le pido a dios, que lo injusto no me sea indiferente,
Solo le pido a dios, que la guerra no me sea indiferente,
Es un monstruo grande y pisa fuerte.

Granadina

Era un día diferente a otros, en el aire se podía percibir una tibia briza pero hacia tanto frío que uno sentía cada célula de su cuerpo queriéndose meter mas adentro y mas adentro de uno para evitar el frío, pero a la vez el viento se sentía cálido, el cielo algo gris, triste, con un sol tímido queriéndose asomar sin poder lograrlo. Uno se preguntaba si los ojos lloraban por el frío o simplemente querían llorar, de vez en cuando un leve susurro del viento hacía por solo unos segundos a uno olvidarse de aquel frío, pero apenas este paraba de soplar uno volvía a helarse.
Tan irónico, depender de una briza para poder sentirse bien y luego ser golpeado bruscamente por una ola gélida que congelaba hasta la médula; hacia a uno querer arrancarse la piel para no sentir mas nada, solo quedaba aguantar hasta llegar uno a su querido hogar y taparse debajo de un mar de acolchados; eso hubiese funcionado a cualquiera, pero no a el, por mas sabanas, acolchados y medias de lana que se pusiera, el frío no se iba, era permanente, estaba ahí para alterar cada nervio de su piel, no podía parar de temblar, su corazón sencillamente era como un cristal, un débil palpitar salia de el.
Frustrado, ya ajeno a lo que alguna vez fue sentir la sangre tibia fluir por su cuerpo, resignado a todo, comenzó a arrancarse las capas y capas de ropa y abrigo que tenia puestas en vano, simplemente todo; como un niño en vísperas de navidad cuando ve sus regalos ahí debajo del árbol, y eufóricamente comienza a desgarrar sus envoltorios.
Cuando estaba ya casi desnudo sintió algo que hace mucho ya no sentía, se podría decir que era algo nuevo para su cuerpo y alma, sentía como su sangre corría de su corazón a sus piernas y brazos, como le latía la cien que ya hace tanto estaba inmóvil, sintió como de a poco su mejillas blancas como la nieve, se enrojecían de a poco tomando un color mas cálido, se sentía... bien... que mágico momento, es como, cuando de niños veíamos a un mago agarrar esa olla, meterle un poco de kerosén y prenderla fuego, rápidamente tapándola, y creando ese suspenso levemente interrumpiendo el temor de solo segundos que habían generado esas llamas que parecían tan salvajes que ya no estaban, todos expectantes para ver que pasaba, y cuando el mago la destapaba salia una bella paloma como por arte de magia y todos mostraban sonrisas de asombro, y sus ojos brillando ante tanta belleza; eso era lo que el sentía, belleza, pureza, después de tanta incertidumbre y miedo, ahora estaba anonadado por una tranquilidad simplemente bella.
Ya no sentía solo frío, ahora podía sentir la cálida sensación del calor corriendo por sus venas, de a poco un cristal color granadina comenzaba a derretirse, muy de a poco.

Tal vez aún no sea el momento, me asusta que no llegue nunca.

15 Minutos

Solo eso, era el, tenía todo preparado para irse, le quedaban tan solo 15 minutos libres para hacer lo que quisiera, pero como el iba a poder hacer lo que quisiera si no sabia que quería hacer, simplemente le llevarían unos 5 minutos con suerte, en pensar que podría hacer, y el tiempo corría y el seguía sin saber que hacer, en algún momento del día tuvo una vaga idea de que hacer, pero ahora ya era tarde, tal vez cuando tuviera un rato libre podría concretar con su ideal momentáneo, pero el sabía mejor que nadie que el momento era ese y no tendría que haberlo pospuesto ya que ahora tenía solo 15 minutos y el tiempo corría; era un milagro que aún estuviera en su mente esa gran idea que se le ocurrió horas antes, acostado en su cama.
Tan solo le quedaba como ultima opción, ya que el tiempo no lo acompañaba, en dejárselo a la suerte y esperar no olvidarse esa gran idea que ya venía con sus últimos aires prevaleciendo en su mente.
Que lastima ahora solo quedaban segundos.

Como explicar la sensación de enamorarse de algo tan abstracto, de buscar esa musa, eso que se robo tu corazón sabiendo que es intangible y sin pista alguna de donde encontrarlo, sentir que uno conoce a eso como la palma de su mano pero a la vez es ajeno como una persona cualquiera que uno pudiera cruzarse en una avenida muy transitada en pleno centro a esas horas en que todo es un caos y uno simplemente distingue siluetas, y no rostros; tal vez simplemente ese misterio tan enigmático es una de sus cualidades que mas me seduce, espero algún día encontrarla.

$#@%* You All

El niño, ahora ya no tan pequeño como antes, sentía miedo, un miedo inexplicable, el sabía muy bien que ya no era pequeño, pero aun tenía muchas cosas pendientes, tal vez no era miedo lo que sentía sino mas bien tristeza, la tristeza de saber que estaba perdiendo ese dejo de inocencia, esa capacidad de poder soñar, jugar y ser un mantenido de ilusiones.
Pero ya no, cada vez sentía menos libertades al ser cada vez más y más independiente, dependiendo más de la sociedad y su realidad, que tanto chocaba con sus sueños y esperanzas; el miedo de saber que tendría que cambiar y así poder vivir el día a día o ser un loco mas en la sociedad ignorado y subestimado.
Que triste era, pensar que de mas chico soñaba con algún día ser un adulto y ahora que llegaba su hora, daba lo que fuera por solo volver a ser un niño inocente.
Tan critica era su situación que a veces se cuestionaba que tan ilógico sería acabar con todo eso de una vez cerrando sus ojos y durmiéndose para siempre así pudiendo soñar sin tener que volver a despertar.
Pero no podía, por mas lógico que fuera, algo aún lo sujetaba a su vida, tal vez la curiosidad de poder ver si el podía crecer sin dejar al niño de lado y su inocencia, tal vez pudiendo cambiar las cosas para que futuras generaciones no pasaran por lo mismo que el; pero muchas esperanzas no le quedaban, las pocas eran consumidas día a día por una triste realidad fabricada por idiotas, y aún mas irónico, las personas pretenden que la vivas a su manera.
Tal vez mandando todo al demonio y viviendo su propia realidad el podría de alguna manera hacerles ver a los demás que no tenemos porque seguir pintando el cuadro de otros, que podemos pintar el nuestro, pero sabría que inevitablemente seria tildado como un demente.
"Tal vez ser demente no sea tan malo después de todo, que me tilden de hippie, vago, loco, vagabundo, lo que quieran decirme, ellos siguen sin ver lo que son realmente, pierden tanto su tiempo criticando a los demás que no ven en que se convirtieron ellos" pensó el niño.