mayo 13, 2011

Introducción a una vida

Cómo explicártelo? No se me ocurre ahora palabra alguna, lo siento - un dejo de frustración se sentía en esas últimas palabras - se que si me esfuerzo podría, tal vez si, si ya se! Eso haré- .
Mejor ponte cómodo será largo, pero prometo que valdrá la pena - y como quien se prepara, concentrándose, tomando aire, bajando sus palpitaciones, y dando el paso más firme y seguro posible, acciona y se pone en marcha – es difícil, describir con palabras la sensación que te deja saber que ya es parte de tu pasado, si, de tu pasado, cuesta asumirlo pero es mejor así, todos sabemos que es imposible volver en el tiempo, por lo menos hoy en día, jajaja quien sabe tal vez en un futuro se pueda. A veces siento como si una parte dentro mío faltara, es un vacío tan frío, que hasta en el día de verano más caluroso sigue allí gélido como siempre; ese vacío es producto de recuerdos que irónicamente están dentro de uno, mezclas de momentos alegres, tristes, decepciones, peleas, fracasos, aciertos, en si todo eso que uno puede vivir y tener como recuerdos pero que no dejan vacíos. En cambio hay algunos que son simplemente tan fuertes, que provocan esto, el problema es que todos están ahí dando vueltas, a veces tocan los recuerdos simples y a veces los que te marcan o los que dejan vacíos dentro de ti. En ese momento uno no se daba cuenta de que tanto lo afectaría en un futuro, es normal, y está bien, por lo general se vive el presente , pero no vivimos el presente puro como deberíamos, lo vivimos pensando en el futuro, un futuro erróneo proyectado por dudas estúpidas o preocupaciones, que no deberían categorizarse como preocupantes; bueno volviendo a lo que quiero explicar, al estar cegado por cosas que no valen la preocupación, no nos damos cuenta que estamos dejando de lado cosas más importantes, los sentimientos, lo que dicta el corazón; ah sí – y dejo escapar un suspiro tan profundo, se notaba que venía dentro de lo más profundo de su ser- tan sabio y tan ingenuo, pero tan sabio, con la cualidad de poder equivocarse y retomar marcha sobre sus errores, comenzar de nuevo; una cualidad que es tan preciada hoy en día y carece tanto. Estos recuerdos que inevitablemente eran acompañados, cada vez que salían de entre todos los demás, por melodías más bien tranquilas, con tonos grisáceos, azules petróleo, marrones gastados, colores de otoño, pero no de un otoño pleno, no, un otoño a punto de ser invierno; pero a la vez tan hermosas, pero sin dejar de ser tristes, y a la vez se proyectaba un video en la pantalla de los recuerdos de tu mente, y revelaba aquellos momentos, en los que uno tenía lo que ahora tanto extrañaba, ya sea que fuera pelea, diversión o tristeza lo que se desenlazara en esa corta película que pasaba. A veces parecían tan reales, que uno quería meterse dentro de ellas y poder cambiar el desenlace, poder advertirle a los protagonistas que dejaran o no dejaran de hacer, pero era inútil por más que gritara contra la pantalla ellos seguían moviéndose y hablando tal cual como había pasado en ese momento. Es tan cierta esa frase que ahora no recuerdo bien, decía algo así como “valorar las cosas que uno tiene, sino cuando ya no las tenga y se dé cuenta que no las valoró, el dolor será aún mayor”- paro por unos segundos, un nudo en su garganta le hacía difícil poder seguir relatando- Uno pierde, muchas cosas a medida que pasa el tiempo; pierde su infancia, su inocencia, sus despreocupaciones, sus mundos alternos llenos de diversión, criaturas mágicas y desafíos, uno crece, se enamora, se desenamora, pierde amistades, gana nuevas amistades también, pero no iguales a las que existieron desde un principio, ya que las nuevas no tienen esos recuerdos de inocentes juegos en los recreos, o en los parques, riendo simplemente, peleando contra los monstruos más terribles que se podrían imaginar blandiendo espadas imaginarias, o el simple vínculo, lazo, que uno generaba con su par, a tal punto de nombrarlo miembro de su familia sin serlo por linaje, jajaja recuerdo que a uno de esos amigos tan especiales una vez volviendo, no recuerdo muy bien de donde, le dije “podemos ser primos tal vez… si eso sería genial! Ahora somos primos!” mi madre se reía, nos decía que podíamos ser primos de “corazón” porque de sangre no lo seríamos, pero lo que contaba era lo que sintiéramos. Recuerdos tan puros como esos, que con el paso del tiempo siguen intactos, aunque ese amigo tomó otro camino, uno en el que yo sé muy bien que no es feliz, siempre lo supe, no tuvo la suerte que tuve yo, el siempre lo tuvo más difícil, el tiempo paso, y así fuimos separándonos, no me daba cuenta que lo perdía, ignoraba el hecho de que realmente nuestro lazo estaba haciéndose cada vez mas y mas débil; siempre sabré que pude haber hecho algo para evitarlo, aunque mis esperanzas no se apagaron completamente porque sigo en el fondo sintiendo ese lazo irrompible que formamos alguna vez en nuestras vidas. Cosas como esas, momentos de mi vida que pasaron e ignoré porque estaba cegado por un futuro incierto, por egoístas pensamientos, y por ignorar la realidad, por ser tan ingenuo, que ahora que crecí, que madure me doy cuenta que fui un gran idiota; ahora, pesan en mi conciencia, pesan en mi corazón y en mi alma, y son cargas que llevare siempre conmigo, por no haber sabido escuchar mi corazón, por dejarme llevar por generalidades, por dar por hecho cosas que no lo eran.
Aún me faltan muchos caminos por recorrer, espero poder hacerlo, pero lo que si entendí en este tiempo que estuve andando es que la vida se vive no se especula ni se planea, lo único que te corre es el tiempo, es el único defecto, y obviamente las desgracias de esta, pero se puede solucionar enfrentándolo, y al tiempo se lo puede acomodar a cada uno realmente. Aprendí que uno tiene que ir con su tiempo, seguir el tiempo y el ritmo que le dicta su corazón, su alma, que no hay algo más certero que eso cuando el camino se pone difícil. Te puedes equivocar millones de veces y fallar también, no importa, lo que cuenta es cada vez que te levantas y decides continuar.
Ya no me siento cómodo con lo normal, lo promedio, lo mediocre, no quiero seguir viviendo a sombra de los demás, ni seguir un GPS que me indique el rumbo y el lugar a donde tengo que ir, eso se dará con el paso del tiempo y mis acciones, solamente guiadas por mi, espero así no volver a perder cosas tan preciadas, o por lo menos si se tienen que ir porque así debe ser, saber que no dude un segundo en disfrutar esos momentos .
A veces uno se sumerge en un mar helado, lleno de recuerdos, cuesta respirar dentro de el, cuesta salir, y uno se hunde y se hunde, pero si uno logra salir, cada vez que vuelva a sumergirse, sentirá menos frío y apreciara cada momento cálido en su vida, aún más.

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