Ni más ni menos, solo un poco, no menos que días anteriores, simplemente esas voces me hablan.
Como si un grupo de mujeres ya mayores, sin llegar a ser ancianas, se encontraran luego de haber estado un largo tiempo alejadas e inevitablemente sientan una necesidad incontrolable de charlar y chismear entre ellas; como en aquellas épocas en las que la lujuria, las emociones y las aventuras acompañaban sus jóvenes y unidas vidas; y ahora por fin después de tantos años ellas volvían a sentirse como esas jóvenes ya casi olvidadas y que solo viven en recuerdos.
No encuentro razones especificas, está claro, las voces me bombardean a diestra y siniestra, no planean callar y menos hablar una a la vez.
Pero eh ahí la habilidad de adaptarme y aprender a amoldarme, acostumbrarme al ritmo que me imponían esas voces; y como una anciana ya marcada de experiencia, tejer todas esas voces y de a poco formar una prenda con esos hilos que iban apareciendo de todos lados y sin tregua.
Claro, algo fallaba en ese plan casi perfecto, soy joven aún, y la experiencia viene con los años acumulados, y muchas prendas por tejer.
No por eso dejaba a mitades esas prendas, o mejor dicho intento de prendas, orgulloso las terminaba y guardaba en el placar, ya sabiendo que mejor forma iban a tomar con el tiempo y la practica.
Sin irme por las ramas, hay una voz en particular que se hace notar con claridad entre todas las demás, y no hace falta ningún tipo de esfuerzo para escucharla y entenderla; pero no por eso es grato lo que me dice, y no por eso me aclara mas las cosas. Su mensaje sencillo, pero a la vez confuso, dejando una marca profunda dentro mio siempre es el mismo: " Tejes mas prendas de las que usas, y se pueden echar a perder las que permanecen mucho tiempo guardadas, podrías comprar naftalina y así evitar las polillas, pero aun así se pueden atrofiar por el paso del tiempo, y hasta podrían ya no quedarte cuando quieras usarlas. "
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